Un criador vendía unos cachorros de perros de caza de mucho valor. Se disponía a pegar un aviso en la entrada de su propiedad, cuando un muchacho llamado Santiago se acercó a él con una gran sonrisa y le dijo:
—Señor, yo quisiera comprar un cachorro.
—Sí, muchacho; pero estos cachorros nacieron de padres distinguidos, y son muy costosos.
—Tengo treinta y nueve pesos —respondió el jovencito, agachando la cabeza —. ¿Es suficiente para mirarlos?
—¡Seguro! Sígueme.
El criador silbó y llamó: «¡Dolly! ¡Ven aquí, Dolly!» Entonces, Dolly salió de su caseta y descendió corriendo por el camino, seguida por cuatro graciosos cachorros que parecían balones cubiertos de pelo. Los ojos del niño brillaban de alegría.
Luego, otro «balón», muy pequeño y torpe, salió de la caseta y, renqueando, trataba de unirse a los demás, a duras penas. Ese cachorro, evidentemente, era el malogrado de la camada.
Santiago, con su rostro apoyado en la cerca, y al tiempo que señalaba al pequeño can enclenque, exclamó:
—¡Me gustaría ése!
—¡¿Cómo puede ser que te guste ese cachorro?! ¡Él nunca podrá correr como tú, ni jugar como tú desearías! —exclamó el hombre, mientras se agachaba a la altura del muchacho.
Antes de responder, Santiago se inclinó y, lentamente, arremangó una pierna de su pantalón. Una vara de acero descendía de cada lado de su pierna, fijadas a un zapato especialmente concebido para él.
—¿Ve usted, señor? —dijo el muchacho, mirando a los ojos del criador— Yo no puedo correr muy bien, y este cachorro necesita de alguien que lo comprenda.
¿Tienes tú a alguien que te comprenda? Es difícil hallarlo, ¿no es cierto?
¡Sin embargo, esa persona existe! No vive en la tierra, pero no podría estar más cerca. Comprende, sin que sea necesario hablarle, porque lee los pensamientos y lo que hay en el corazón. Y sufrió de tal manera en su cuerpo, en su corazón y en su espíritu, que puede comprender todos los dolores que existen en la tierra. Dicha Persona hace más que comprender; sí, siente lo que tú sientes, pues simpatiza y tiene compasión. ¿Sabes de quién te queremos hablar? Pues del Señor Jesús.
“El Señor es muy misericordioso y compasivo” (Santiago 5:11).
Él puede “compadecerse de nuestras debilidades” (nuestras desventajas), porque “fue tentado (o probado) en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4:15).
En red hay varias páginas conteniendo la biografía de este gran predicador. En esta página intentaremos colocar algunos de sus sermones dirigidos a los maestros de escuela dominical ,traducidos desde el ruso, los que a su vez fueron traducidos del ingles, y por el momento no había en español.
La membrecía en la iglesia de Spurgeon se mantenía por encima de las 5,000 personas, había 23 estaciones de misiones, y 27 escuelas dominicales con 8,000 estudiantes y cerca de 600 maestros
Un poco de su biografía :
Sin manipulación de llamadas al altar, sin utilizar métodos sensacionalistas o emocionales, Spurgeon confiaba solo en Dios para convencer a los pecadores, como él mismo dijo, “No vengo a este púlpito esperando que quizás alguno por su propia voluntad quiera volverse a Cristo. Mi esperanza está puesta en otra cosa, espero que mi Maestro traerá algunos de ellos y dirá, “eres mío, y serás mío, te reclamo para mí”. Mi esperanza surge del ofrecimiento de la Gracia que se ofrece gratuitamente, y no de la libre voluntad del hombre”.
Charles Haddon Spurgeon, nació en Kelvedon, Essex, Inglaterra el 19 de Junio de 1834. Tanto su padre como su abuelo fueron pastores, fue criado en un hogar Cristiano, pero fue en Enero de 1850 que se convirtió. Spurgeon predicó su primer sermón en Agosto de ese mismo año. Spurgeon leyó El Progreso del Peregrino a la edad de seis años y parece que luego lo leyó unas 100 veces. Antes de sus 20 años había predicado cerca de 600 veces. Spurgeon típicamente leía 6 libros por semana, y podía recordar lo que había leído y la fuente aún años después.
Es interesante notar que a pesar de que Spurgeon fue un eminente pastor Bautista durante todo su ministerio, Spurgeon encontró a Cristo en una Iglesia Metodista Primitiva. Cuando adolescente Spurgeon dudaba de Dios y una mañana de Domingo se levantó para ir a su iglesia, pero debido a una tormenta de nieve no pudo llegar a la Iglesia a la cual se dirigía y llegó a esta pequeña Iglesia Metodista. El pastor de la iglesia no llegó al servicio porque estaba enfermo. Entonces uno de los feligreses laicos fue al púlpito y empezó a predicar. Predicó sobre Isaías 45:22, “ Mirad á mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra: porque yo soy Dios, y no hay más.” y luego según las palabras de Spurgeon “El me miró bajo la galería, y me atrevo a decir que siendo pocos los presentes, sabía que yo era un extraño. Fijando sus ojos en mí, como si conociera mi corazón, el dijo, “joven, pareces miserable. Y siempre serás miserable en la vida, y miserable en la muerte. Si no obedeces el texto; pero si lo obedeces ahora, en este momento serás salvo. Joven mira a Cristo Jesús, ¡míralo!, ¡míralo!, ¡míralo! No tienes otra cosa qué hacer sino mirarlo y vivir”. Spurgeon dijo, “Así como con la serpiente de bronce que fue levantada, la gente miraba y era sanada, así fue conmigo”
Esta biografía completa esta en el siguiente enlace .
Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. (Juan 21:15-17)
Simón Pedro no era de Wells; pero tenia mucho de lo que nosotros solemos llamar el fuego de Wells. El pertenecía a aquellas personas que llaman el interés de los jóvenes. A los niños les gusta sentarse cerca del fuego, donde sea que este: en la chimenea de casa o en el corazón humano. Hay personas que parecen estar hechos de hielo. Los niños rápido los dejan. La cantidad de los miembros de la iglesia o de las clases disminuye con cada domingo, si las criaturas de sangre fría leen las predicas o hacen las clases; pero si un hombre o mujer tiene un corazón bondadoso los niños con alegría se reúnen alrededor de ellos, como las moscas que en los días de otoño se calientan en la tibia pared alumbrada por el sol. Es por eso que Jesús le dice al bondadoso Simón: “Apacienta a mis corderos”. Este hombre era propicio para este trabajo.
Además de todo Simón Pedro era también una persona con experiencia. El conocía sus propias debilidades, el pasó por los remordimientos de conciencia, el ha pecado mucho, y no solo una vez fue perdonado; ahora humildemente y con sumisión tenia que reconocer el amor de Cristo. Nosotros queremos que los hermanos y hermanas con experiencia conversen con los niños convertidos y les cuenten que les ha dado el Señor, de los peligros que les esperan; de los pecados que ellos han cometido; de sus tristezas y de su consuelo. A los jóvenes les gusta conocer de aquellos que han recorrido un camino de vida mas largo. Yo puedo decir de los santos con experiencia: sus labios guardan sabiduría. La experiencia transmitida con amor es un elemento excelente para jóvenes creyentes. Ese alimento que con mucha probabilidad el Señor bendecirá para que así sean llenos en la gracia.
Simón Pedro era un gran deudor. El debía mucho a Jesucristo pues según la ley del reino es : aquel que se le perdona mucho el que ama más. ¡Oh! Aquellos de ustedes que nunca se han ocupado de semejante servicio para Cristo; pero sienten que pueden hacerlo bien, salgan y digan: “Yo he dejado este trabajo para las manos mas jóvenes; pero de ahora en adelante no va ha ser así .yo tengo la experiencia y creo que he guardado en mi pecho el calor de mi corazón. Voy a unirme a aquellos que siempre alimentan a los corderos en el nombre del Señor.” Me refiero a la persona llamada a alimentar a los corderos.
Cuando el Señor llama al hombre a su servicio, El le proporciona la preparación necesaria. ¿Como fue preparado Pedro para alimentar a los corderos de Cristo? Primeramente fue alimentado el mismo. El Señor le ha dado el desayuno antes de darle una tarea. Ustedes tampoco podrán alimentar a los corderitos o a las ovejas antes que se llenen ustedes mismos. Es excelente que ustedes están trabajando la gran parte del día del Señor; pero creo que no es sabio aquel maestro que el mismo no viene a escuchar la predica del evangelio y recibir el alimento para su propia alma. En primer lugar reciban el alimento ustedes mismos y después alimenten a otros.
Aun solamente el hecho que Pedro estaba cerca del maestro lo preparaba para la obra de alimentar a los corderos. El nunca olvidara aquella mañana y todo lo que era relacionado con ella. La voz que el oía pertenecía a Cristo; la mirada que penetro hasta lo mas hondo de su corazón era la mirada de Cristo; el respiraba del mismo aire que el Señor Resucitado. La cercanía con Jesús lleno el corazón de Pedro con el aroma agradable e instruyo su lengua para que el pueda ir y alimentar a los corderos. Yo les recomiendo estudiar libros instructivos; pero más que todo les recomiendo conocer a Cristo. Que el sea vuestra biblioteca. Acérquense más a Jesús. Una hora de conversación con Jesús es la mejor preparación para la enseñanza de jóvenes y también la de los mayores.
También Pedro se preparaba para la alimentación de los corderos a través de un método más doloroso –Por el camino de autoanálisis. Tres veces el escucho la pregunta: “Simón hijo de Jonás ¿me amas?” “¿me amas?” “¿me amas?”. El hombre como una vasija necesita de una purificadora autocritica antes que el Señor pueda usarlo dignamente llenándolo con el agua viva, que el llevara a los sedientos. El hombre honesto no tienen temor de mirar a los mas ocultos rincones de su alma, abrirlos ante el Señor y pasar las pruebas que el ha preparado. Solo el hipócrita teme la verdad que prueba su fe; conversaciones con el fin de probar lo aprendido , reflexiones – de todo eso el tiene miedo- . La persona honesta quiere saber firmemente que en verdad ama a Cristo, por eso mira dentro de si, hace preguntas y se hace así mismo un interrogatorio.
Más que todo debemos exponer a la prueba nuestro amor, porque la mejor preparación para la enseñanza de los corderos de Cristo es el amor- el AMOR DE JESUS A SUS CORDERITOS -. Nosotros no podemos ser sacerdotes de su nombre si como Aron no llevamos en el pecho sus nombres. Tenemos que amar; sino no podemos bendecir. La enseñanza pierde su sentido cuando se va el amor , el maestro entonces es como un herrero que trabaja sin fuego o el albañil sin cemento , el ovejero que no ama a sus ovejas es solamente un trabajador asalariado y no un pastor: en el momento del peligro el se escapara dejando su rebaño para los lobos. Allí donde no hay amor no hay vida.
A los corderos vivos no deben alimentarlos los muertos. Nosotros predicamos el amor y lo enseñamos. El centro de nuestra enseñanza es el amor de Dios en Cristo Jesús.¿ Como podemos enseñar el amor sin tenerlo nosotros mismos? , tenemos que plantar el amor en los corazones de aquellos a quienes enseñamos y estimularlo donde ya existe. Pero ¿como podemos encender el fuego si el no arde en nuestros propios corazones? ¿Como podrá mantener el fuego una persona de cuyas mojadas manos gotea la indiferencia y la muerte? , Por lo cual su influencia al corazón del niño mas se parece a un balde de agua que a las llamas del fuego! Estos corderitos viven en el amor de Jesús. ¿Y porque no podrían ellos vivir en nuestro amor también? El los llama “Mis corderos” y ellos lo son ¿no los amaremos por Cristo? Ellos fueron escogidos en amor, redimidos por amor, llamados en amor, lavados en amor, alimentados en amor, y van a ser guardados por amor hasta que lleguen a los verdes prados de los montes celestiales. Ustedes y yo no seremos parte del gran mecanismo del amor de Dios, si nuestras almas no se llenan del celoso empeño por el bien de los queridos niños. El amor es la más grande y poderosa preparación para el servicio, como en la congregación así también en la clase. Amen después apacienten. Si amas – Pastorea. Si no hay amor espera hasta que el Señor lo encienda y pon tu inmaculada mano al trabajo en este santo servicio.
Teniendo en el rebaño niños débiles, recién convertidos, en primer lugar tenemos que alimentarlos a ellos, cada predica, cada clase tienen que ser nutridos. Poco provecho hará pararse, golpear la mesa con la Biblia y gritar “Cree, Cree“, cuando nadie sabe que significa creer. Yo no veo provecho en los violines y panderetas, ni corderos ni ovejas podrán apacentarse en una orquesta. El alimento verdadero tiene que contener la doctrina seria, sana doctrina del evangelio. Cuando la comida caliente ya este en la mesa, toquen la campanita par llamar a todos a la cena; pero la campanita no llenara a nadie, si la mesa esta vacía. Las reuniones matutinas y de día serán solo una perdida de tiempo, para los niños como para ustedes, si no exponemos ante ellos la verdad que salva a las almas y que fortalece. Apacienten a los corderitos, no hay que tocar la flauta y ponerles cadenetas en el cuello; sino alimentarlos.
Es un trabajo simple, humilde y que no llama la atención, ¿conocen ustedes a alguno de estos ovejeros? Yo conocía a uno o dos ovejeros, que siguieron este llamado; pero nunca escuche que alguien hablara de ellos como si fueran grandes personas. Sus nombres no salían en los periódicos, nosotros nunca hemos escuchado que salieran con algunas demandas ante el poder legislativo y les atendieran sus necesidades.
Los ovejeros, por lo general, son gente pacifica y humilde. Mirando a un ovejero ustedes no verán diferencia entre el ,un labrador o un chofer.
El trabaja sin quejarse, no descansa en el invierno y desde la temprana primavera no cierra los ojos ni de día ni de noche, cuidando los pequeños corderitos. El trabaja diligentemente año tras año y a pesar de esto nunca será “Caballero de una Orden” y no adquirirá el titulo de Lord; aunque el trabajo hecho por el, es mucho mas provechoso, que el que hacen las personas que llegan a estos títulos y escalan en la posición social en los barriles de cerveza. Así también sucede con muchos buenos maestros de los niños pequeños. Ustedes pocas veces escuchan de ellos; pero ellos hacen un gran trabajo, por lo cual en los siglos venideros los llamaran benditos. El gran maestro los conoce bien y nosotros escucharemos de ellos en el día del Señor o tal vez antes.
La alimentación de los corderitos, y mas los corderitos de Cristo requiere también atención, porque no se puede alimentarlos con lo que sea, una mala instrucción pronto puede intoxicar parte de los jóvenes creyentes. Los corderitos de Cristo fácilmente pueden comer hierbas venenosas, por eso tenemos que tener cuidado llevándolos tras de nosotros, Si las personas tiene que tener cuidado con lo que escuchan, ¡cuanto mas atentos tenemos que estar nosotros en nuestra enseñanza! Hay que estar atento al alimentar a cada uno de los corderitos y al explicar a cada uno de los niños la verdad que el puede comprender.
Además de eso, la alimentación de los corderos es el trabajo permanente, constante y paciente ““Apacienta a mis corderos” –Este llamado no es para un corto periodo de tiempo sino para siempre .Ningún corderito sobrevivirá, si el ovejero le da alimento solo una vez por semana. Creo que ellos no sobrevivirían ni una semana, de un domingo hasta el otro. Así también los buenos maestros se preocupan de los niños todos los días de la semana dependiendo de sus posibilidades, orando por sus almas y mostrando un santo ejemplo en el tiempo libre de las clases. El cuidado de los corderitos es un trabajo constante y de cada hora. ¿Cuando se termina? ¿Cuantas horas al día trabaja un ovejero? El responderá que en el periodo cuando nacen los corderitos el no tiene tiempo para descansar. El duerme poco, cuando puede. Apenas se duerme ya se levanta para hacer otra vez su trabajo. Lo mismo con aquellos que alimentan a los corderitos de Cristo: Ellos no tienen paz hasta que Dios no salve y limpie de pecado a sus queridos alumnos.
La alimentación de los corderos es el trabajo difícil. Aquí el que no ponga el máximo de sus fuerzas en este trabajo, al final va recibir una terrible cuenta. ¿Ustedes creen que la vida de un pastor es fácil? Yo digo que aquel que la cree fácil al final de su vida comprenderá lo difícil que es. Nada agota tanto al hombre llamado al servicio como la preocupación por las almas. Igualmente en el caso de los maestros: ellos no tendrán éxito si no se entregan por completo a su servicio. Ustedes deben aprender la clase, ustedes deben traer a la clase algo nuevo e interesante, ustedes tienen que instruir e inspirar. Yo no dudo que muchas veces estén sobre cargados de trabajo y me pregunto ¿como pasaran el siguiente domingo? . Yo se que hay tiempos cuando ustedes trabajan muy duro, si trabajan diligentemente Ustedes no se atreverán a llegar corriendo a la clase, sin prepararse, y ofrecer al Señor lo que no les costo ningún esfuerzo. Para que los corderos coman hay que esforzarse para asi sabiamente preparar y servirles su comida.
Y todo eso hay que hacerlo con buen humor, con delicadeza. Un pastor verdadero tiene muchas cualidades preciosas. El esta lleno de empeño; pero no es impulsivo; el es suave de carácter pero sabe dirigir la clase; el es amoroso y tierno; pero no dejara pasar al pecado. El tiene poder sobre los corderitos pero no es tosco con ellos, el es alegre; pero no superficial. El tiene la libertad; pero no abusa de ella, el es serio; pero no melancólico. Aquel que cuida de lo corderos, el mismo también tiene que ser cordero y bendito sea Dios que ante su trono esta el Cordero que cuida de todos nosotros y lo hace con perfecto éxito.
El espíritu de pastor es un don raro e invaluable. Un buen pastor o maestro de Escuela siempre tiene cualidades especiales que hacen la diferencia entre el y los demás. El ave que esta en el nido con sus huevos o cuidando de los pichones tiene el instinto maternal, y ese pájaro dedica toda su vida a la alimentación de los polluelos. Otras aves pueden estar felices volando, pero este tranquilamente día y noche esta en su nido, y si vuela es solamente para llenar de comida los picos abiertos, que parecen que nunca serán saciados. A esta ave le guía la pasión. Algo semejante llena a aquel que de verdad quiere ganar las almas de pecadores para Cristo: Parece que con alegría el aceptaría la muerte para ganarlos; el anhela, suplica, trabaja constantemente para que aquellos que son queridos a su corazón reciban la bendición. Si seria posible salvarlos el pondría la mitad de sus cielos para eso y a veces aun en su entusiasmo esta dispuesto a cambio de la salvación de las almas dar el cielo, y como Pablo el preferiría que lo maldigan con tal que sean justificados los pecadores. Muchos no entienden este santo empeño porque ellos mismos nunca lo han experimentado. Que el Espíritu Santo lo implante en nosotros, para que actuemos como los verdaderos pastores hacia nuestros corderitos. Solo con esta condición cumpliremos el llamado :
Creo que en cada grupo de los niños en la escuela dominical hay algunos que nos parece que no cambian a pesar de todo lo que intentamos hacer, a pesar de todo el esfuerzo y todo nuestro amor por ellos. Pero Dios puede cambiar todo tan radicalmente que a nosotros nos queda solo sorprendernos. Dios puede tocar el corazon del niño mas terrible, que a nadie le hacia caso, en el momento mas inesperado...
Perseverar
Una joven maestra de una escuela dominical, reunía cada semana a los niños de uno de los barrios más pobres de una ciudad industrial de Escocia. Ella lo hacía con todo su corazón.
Entre los niños que asistían el domingo, Bob era verdaderamente el más turbulento e indisciplinado; era imposible llevar a cabo una actividad con él.
Después de soportarlo mucho, de haber intentado todo y sin saber qué más hacer, la joven maestra decidió despedir a Bob y prohibirle definitivamente la entrada a las clases bíblicas.
Un creyente amigo de la joven, que estaba enterado de lo que sucedía, intervino en favor de Bob y consiguió que la maestra le permitiera asistir una vez más, la última, a la clase del domingo siguiente.
Bob, ese día, aunque tenía una apariencia tan dura, fue tocado por el mensaje de la gracia. En él se operó un rápido cambio y, al cabo de algunas semanas, se convirtió en el alumno más asiduo y atento del grupo.
Pasó el tiempo y Robert Morrison — pues se trataba de él — se sintió llamado por Dios a servir como misionero en China. Este siervo de Dios tradujo la Biblia a ese idioma tan complicado para nosotros y fue así el medio escogido por Dios para llevar su Palabra a toda esa vasta parte del mundo.
“Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo hallarás... Como tú no sabes cuál es el camino del viento... así ignoras la obra de Dios, el cual hace todas las cosas. Por la mañana siembra tu semilla, y a la tarde no dejes reposar tu mano; porque no sabes cuál es lo mejor, si esto o aquello, o si lo uno y lo otro es igualmente bueno” (Eclesiastés 11:1, 5-6).
"Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos". (Juan 21:15)
Los más estimados miembros de la iglesia muchas veces no aprecian la importancia de este trabajo. No crean que si ustedes llevan otras responsabilidades por ello ustedes no tienen que interesarse en este servicio. Dependiendo de vuestras oportunidades levántense por favor para un buen trabajo- Ayudar a los niños y animar a aquellos cuyo principal llamado es cuidarlos. “Apacienta a mis corderos” es un llamado para todos nosotros. Esta tarea esta devengada a los que trabajan en algún ministerio y a todos que por lo menos un poco ha conocido a Dios. Piensen en esto y preocúpense de los niños que están en Cristo Jesús. Pedro era líder entre los creyentes; pero él tenía que apacentar a los corderos. Los corderos son pequeños miembros del rebaño y nosotros debemos cuidar con más atención de aquellos que son jóvenes en la gracia del Señor. Ellos pueden ser personas mayores de edad; pero niños en la gracia por la extensión de su vida espiritual y por eso necesitan de un buen pastor. La persona recién convertida tiene que ser el objeto de atención y preocupación de los hermanos. El por primera vez esta entre nosotros, él no tiene amigos entre los santos, entonces vamos a ser amistosos con el. Aun si para ello tendríamos que dejar a nuestros viejos amigos, nosotros debemos ser doblemente amistosos con aquellos que hace poco dejaron el mundo y vinieron para encontrar refugio en el TODOPODEROSO y su pueblo.
Velen con atención a los niños recién nacidos, aquellos que son firmes en sus deseos; pero no tienen voluntad en todo lo demás. Ellos recién han salido de las tinieblas, sus ojos todavía con dificultad soportan la luz fuerte. Entonces hagamos una sombra para ellos, hasta que se acostumbren a la luz del día del evangelio. Dedíquense a la santa preocupación de los débiles y desanimados. Pedro mismo en aquella mañana cuando negó a Cristo debe haberse sentido como un soldado que recién ha comenzado el servicio militar, pues el de alguna manera había terminado con su vida publica cristiana y la comenzó nuevamente cuando “saliéndose fuera lloro amargamente” Mt 26:75 . De nuevo el confesaba su fe ante su Señor y sus hermanos, y de esta manera tuvo que compartir el sentimiento de los novicios . a el le fue delegado a ser su instructor. Los Jóvenes convertidos son demasiado tímidos para pedir ayuda, por eso nuestro Señor nos delega y manda diciendo “Apacienta a mis corderos” y “Cuanto lo hiciste a uno de estos mis hermanos pequeños, a mi lo hiciste” Mt 25:40. En esto será vuestra recompensa. No importa cuan joven sea el creyente, el tiene que confesar su fe abiertamente y unirse al rebaño de Cristo. Nosotros no pertenecemos a aquellos que con duda miran a la piedad de los niños. Nosotros nunca podríamos encontrar el fundamento para sospechar hipocresía en los niños más que en aquellos que llegaron al arrepentimiento en el final de sus días.
Estos últimos me parece son menos confiables que los primeros, porque de la probabilidad en ellos de una fe fingida por la causa de un temor egoísta ante, el castigo y del temor de la muerte es mas fuerte.
De cuantas cosas se ha librado el niño, las cuales podían pervertirlo ¡cuantas cosas el no conoce! ¡Lo que con ayuda de Dios esperamos nunca conozca! Oh! Cuanta luz y confianza son propias a los niños cuando ellos se convierten, lo que no se nota en los ancianos convertidos. Nuestro Señor Jesucristo tenía un profundo apego a los niños, y aquellos que ven a los niños como la causa de la intranquilidad en todo el mundo y los trata como si ellos fueran hipócritas o tontos, están lejos de Cristo.
A ustedes que están enseñando en nuestras escuelas les fue dado un dichoso privilegio de averiguar donde están estos jóvenes aprendices; Cuales de ellos son en verdad miembros del rebaño de Cristo. A ustedes el ordeno “Apacienta a mis corderos” ósea instruyan a aquellos que verdaderamente están en la gracia de Dios pero son jóvenes en años. Es notorio que palabra usada aquí es diferente de la que esta en el mandamiento “Apacienta a mis ovejas”. No voy aburrirlos con los términos del original en griego; pero el segundo “Apacienta” significa cumplir los deberes de un pastor, manejar, dirigir, liderar, hacer todo aquello que tiene que hacer todo pastor respecto a su rebaño. Pero el primer “Apacienta” no incluye todas estas cosas. Eso claramente significa “alimentar”. Esa es la guía para los maestros: Cumplir la responsabilidad, la cual tal vez no toman en la debida importancia -Instruir a los niños en fe. A los corderitos no es necesario tener en orden, el cual necesitamos nosotros, los que sabemos tantas cosas y al mismo tiempo tan poco y que creemos que somos tan desarrollados y sabios que tenemos derecho de juzgar uno y a otro y competir. A los niños cristianos hay que enseñarles las doctrinas y la vivificadora fuerza del evangelio. Hay que abrirles la verdad de Dios claramente y comprensiblemente. ¿Por qué no se les puede enseñar las grandes doctrinas Como por ejemplo: la doctrina de la gracia? Los niños no son simplemente huesos como algunos los llaman, pues si fueran ellos huesos estuvieran llenos de tuétano y cubiertos de grasa. Y si alguna doctrina es demasiado complicada para el niño entonces el problema no esta en el niño , sino en el maestro; el cual tiene una visión muy débil de esta doctrina ,por supuesto todo esto con la condición que el niño sea un verdadero cristiano . Nosotros tenemos que hacer la doctrina más etendible – Esa es la gran tarea de nuestro ministerio. Enséñenles a los niños la verdad completa y nada más que la verdad; porque los niños por su naturaleza necesitan la instrucción. El niño no solamente tienen que vivir con nosotros , el esta creciendo, por eso sus necesidades de alimento son el doble de las nuestra. Cuando los padres dicen sobre sus hijos “¡Que apetito tiene!” ellos también tienen que recordar el gran apetito espiritual. Niños que están en la gracia tienen que crecer desarrollando sus capacidades mentales, conocer, como vivir, crear, sentir, recibiendo mas fuerzas de Dios, es por eso que aparte de todo lo demás hay que alimentarlos. Hay que alimentarlos, es decir: instruir, instruirlos bien porque hay riesgo que sus necesidades sean saciadas por la perversión, la juventud es sensible al pecado sin importar que enseñemos la verdad a los jóvenes cristianos, el diablo ha de enseñarles el pecado. Ellos conocerán pecado aun si por ellos velasen los más atentos guardias. Para que en sus pequeñas vasijas no entre la paja, lo único que podemos hacer es llenarlos hasta los bordes con el trigo. ¡Que el Espíritu de Dios nos ayude! Mientras mas conozca el niño mejor, eso lo guardara la influencia que lo lleva a la muerte.
Nos llaman a alimentarlos; pues muchas veces a los niños los desprecian. Temo que nuestras predicas muchas veces no toman en cuenta a los niños, los cuales en tanto pueden ser buenos cristianos tanto como los mayores. ¡Bendito aquel cuyas palabras entienden aun los niños! ¡Bendita aquella piadosa mujer para quien la forma de pensar de los niños es tan cercana y clara, que la verdad que esta en su corazón sin barreras pasa a los corazones de los niños!
Nos llaman a alimentar a los niños; porque este trabajo puede dar provecho. Muchas cosas podemos hacer con aquellos que se convierten al final de su vida; pero nunca podemos esperar mucho de ellos. Estamos muy felices por ellos; ¿pero que pueden dar a sus 70 años; aun si vivieran 10 años más? Enseñen al niño y el tendrá adelante 50 años de santo servicio, nos alegramos a dar la bienvenida a aquellos que vienen a la viña aun en el ultimo minuto. Pero recién ellos toman en sus manos el azadón o pala para cortar la uva y ya baja el sol y su corto día de trabajo se acaba. El tiempo invertido en la enseñanza al convertido anciano sobrepasa al tiempo que le queda para el servicio. Pero si tomamos a un niño convertido y le enseñamos bien, su temprana piedad muchas veces se hace grande, adelante el puede tener varios años durante los cuales Dios va ha glorificarse y otras personas serán bendecidas. Este servicio trae un provecho invaluable. También trae fruto para nosotros mismos. El fortalece nuestra humildad y nos ayuda a permanecer mansos. También nos enseña la paciencia. Que aquellos que lo dudan lo experimenten en si mismos; aun los pequeños cristianos sienten la paciencia de aquellos que creen en ellos y por eso se esfuerzan para no defraudar su confianza. Si ustedes necesitan personas bondadosas con grandes corazones búsquenlos entre aquellos que en el nombre de Jesús trabajan con los niños, que pacientemente tratan con sus travesuras y son compasivos con los que son débiles.
Quiero iniciar este blog para compartir varias cosas que Dios está mostrandonos en relacion a la enseñanza de niños en Cristo. Poco a poco estamos aprendiendo del Señor como realizarlo, ya que sin Él nada podemos hacer.
Ningun metodo, ningun libro nos podra enseñar como llevar a los niños a Cristo. Solo Él mismo puede revelarnos y guiarnos para poder entender al niño, para poder decirle lo que el necesita en este momento, para poder guiarlo de las tinieblas a la luz.
Un blog que quiere contribuir a la enseñanza de los niños para Cristo en tiempos que la Palabra de Dios esta siendo deformada y desplazada por las enseñanzas del mundo.
"Cuando nuestro Señor bendijo a los niños, estaba realizando su último viaje a Jerusalén. Fue por lo tanto una bendición de despedida la que dio a los pequeños y nos recuerda el hecho de que entre sus últimas palabras a sus discípulos, antes de ascender, hallamos el tierno encargo: «Apacienta mis corderos». El gran Pastor de Israel, quien «recoge los corderos en sus brazos y los lleva junto a su pecho», sentía con fuerza esa pasión, y fue apropiado que durante su viaje de despedida otorgara su bendición a los niños". Charles H.Spurgeon